Después del verano, podemos notar la piel cetrina, apagada. Este es el efecto más frecuente del sol y el calor sobre nuestra piel: deshidratación y falta de luminosidad. El ingrediente principal a usar para recuperar la piel del verano es la vitamina C. Se trata de un potente antioxidante con un ligero efecto peeling que nos devolverá el buen estado de nuestra piel.
Existen distintas formas de usar la vitamina C como tratamiento. Os propongo varias que espero que os gusten.
Tratamientos de choque
Se hacen con productos que se utilizan de forma puntual o en periodos cortos. Dicho tratamiento puede repetirse varias veces a lo largo del año. Los más habituales son los siguientes:
- Sueros: productos con una alta concentración del principio activo que nos proporcionan una mejoría palpable en un periodo corto de tiempo. Lo ideal es combinarlo con tratamientos anti edad como colágeno o hidratantes para conseguir un efecto más completo. De esta forma, será más evidente la mejoría de nuestra piel.
- Boosters: cosméticos potenciadores de otros cosméticos aunque también ejercen su efecto propio. Tal es el caso de los que contienen vitamina C, como los reafirmantes, détox, anti edad e iluminadores. Por eso, lo ideal es usarlos con una crema hidratante; así proporcionaremos a nuestra piel un aspecto jugoso y joven.
Otra forma de aplicarnos la vitamina C es en ampollas, su concentración en vitamina C es alta. Además podemos encontrarlas en el mercado combinadas con ácido hialurónico. Esta variedad nos aporta un efecto sumatorio de hidratación y se puede combinar con otros tratamiento anti edad.
Y por último para complementar los tratamientos anteriores o como mantenimiento podemos usar la vitamina C en cremas, sola o acompañada de algún activo anti envejecimiento. Entre estos activos destaca el colágeno, que promueve la formación de elastina completando el efecto anti edad de la vitamina C.
No podemos dejar de comentar que la vitamina C también tiene efecto antimanchas. Esto se debe a que modula la producción de melanina. Si además sumamos su efecto peeling (que podemos intensificar con una exfoliación semanal) nos unificará el tono de nuestra piel dándole un aspecto uniforme y luminoso
En definitiva los meses de septiembre y octubre son óptimos para introducir tratamientos con vitamina C en nuestra rutina habitual y así ayudar a la recuperación de nuestra piel después del verano.